MARKETING POLÍTICO

El Perú es, más que ningún otro país, un lugar donde las elecciones se ganan con estrategias lúcidas, ajustadas y poderosas, más que con publicidad o ideología. El electorado peruano es inestable al extremo. Es el país donde casi siempre fracasan los favoritos.  

Ahora que estamos a puertas de un nuevo proceso electoral, muchas personas se preguntan ¿por qué los candidatos actúan ahora siguiendo un modelo dentro del cual no se pueden salir, o al menos hacen todo lo posible por no salirse? Se puede apreciar en sus discursos, en su slogan, colores, modo de comportarse, estrategias, etc.

Las campañas electorales constituyen un conjunto de nuevas oportunidades y desafíos para los partidos políticos y los candidatos. En ese sentido, se hace necesario disponer de herramientas comunicacionales y del marketing político para brindar nuevas ideas a la ciudadanía.
El marketing Político, se define como el conjunto de técnicas y estrategias utilizadas para influenciar en las actitudes y en el comportamiento de las personas en favor de ideologías, programas y planes de organismos o personas determinadas que ya están en el poder e intentan mantenerlo, o de aquellos que aspiran a conseguirlo.

Es decir, el marketing político trata de vender la imagen de un candidato o partido político mediante la elaboración de mensajes estratégicos, para las campañas políticas, que persuadan a grupos sociales numerosos ayudando de esta manera a escoger a la gente la mejor alternativa, o mejor dicho la “mejor alternativa” que han creado entre varias opciones disponibles. El paragón con un producto comercial cualquiera es evidente, tratar de que tu producto sea visto como el mejor y pueda ser comprado.

Con todo ello, al marketing político lo debemos entender, por una parte, como un conjunto de técnicas que permiten captar las necesidades del mercado electoral para construir, en base a esas necesidades, un programa ideológico que las solucione y ofreciendo un candidato que personalice dicho programa y al que apoya mediante la publicidad política.

Cabe destacar que el marketing político se subdivide en marketing gubernamental y marketing electoral. El primero al servicio de las causas sociales promovidas por organismos públicos o privados; mientras que el segundo al servicio de los partidos políticos y candidatos. En ambos casos para identificar necesidades, vender ideas-símbolos y persuadir a las personas a cambiar o reforzar sus actitudes.

El  Marketing Político parte del conocimiento del electorado y del diagnóstico de la elección. Mediante encuestas, estudios de opinión pública y análisis estadísticos, trata de llegar a cuatro conocimientos operativos clave: cómo es el candidato, cómo son sus adversarios, cómo son los electores, cómo es la elección. Este punto de partida, llamado también DSP (diagnóstico socio-político) permite construir una estrategia de campaña, la cual está compuesta por un mensaje, por los grupos objetivo a los cuales va dirigido, los medios de difusión que serán utilizados y por un manejo específico de los tiempos para el procesamiento de esos contenidos.

Una campaña orientada por el método del marketing político hace que el mensaje sea uno. Dice lo mismo el slogan de campaña que la imagen del candidato. Hay un único mensaje dicho de mil maneras. La famosa “asesoría de imagen” del candidato es una forma redundante, clara, inequívoca, de que el candidato diga de una forma no verbal, lo mismo que dice el resto de su campaña con palabras y argumentos. 
La base de un buen mensaje está formado por los puntos fuertes del candidato, por la identidad de su partido y por los deseos o temores de los electores. Cuando un mensaje se construye con estos ingredientes el resultado es efectivo.


Demás está decir, que se puede elaborar una estrategia de marketing político de manera correcta, pero si “el producto-candidato”, no es bueno, ni el mejor asesor-estratega político logrará hacer ver el producto-candidato como la mejor opción. Y el reconocido asesor Luis Favre puede dar fe de ello con su último trabajo al lado del ex candidato Cesar Acuña.  En nuestro próximo post analizaremos la influencia de los medios digitales en las recientes campañas electorales.

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