EL FENÓMENO DE LAS NOVELAS TURCAS ¿QUÉ ESTRATEGIAS DE MARKETING USARON?

      


Partiendo de la premisa que casi todos los países “exportadores” de novelas, no representan la idiosincrasia, ni sobre todo la realidad de dichos países, entiéndanse México, Venezuela. Tenemos grabados hasta el cansancio las novelas mexicanas con los triángulos amorosos con personal doméstico de por medio como las princesas  y amores imposibles de los magnates de 4 nombres como mínimos “Jorge Alfonso Humberto Ignacio de las Casas y Baltazar”; ídem para las producciones Venezolanas, las únicas que se salvan en parte son las producciones Brasileñas razón que explica su predominio de las últimas décadas; ¿pero las series Turcas son ajenas a ésta singular característica? La respuesta es NO. También maquillan su realidad de todos los días, para resumir, se muestran más occidentales, no predomina por ejemplo el uso del burka en las mujeres, ni el fanatismo de la religión, entre otras cosas características del país en un 99% musulmano.

Entonces si desde este punto de vista son idénticas a las producciones de los países anteriormente citados ¿Por qué su arrollador éxito? ¿Qué estrategias de marketing usaron?, ya que al final de todo también son un producto y como tal asumimos que ha habido una programación, planificación y estrategias de posicionar su producto.

Aclaremos algunos puntos importantes antes de entrar al análisis en sí. Primero el fenómeno de las series Turcas no es sólo en nuestro país; ya que si hubiera sido así hubiera encontrado fácil explicación debido al pobre nivel de producción televisiva que tenemos, que es consecuencia del pobre nivel de televisión que consumimos; la regla es simple: nos gusta y tiene rating la televisión basura= se produce televisión basura, no hay vuelta que darle venden más los “productos televisos de baja calidad”, las empresas satisfacen el mercado y obtienen rentabilidad cumpliendo con la definición y objeto de una empresa.

Pero el éxito de las series turcas es casi universal: medio oriente, Europa oriental, Rusia, Asia central, y nuestro continente donde el primer país que importó una novela Turca fue Chile. Durante ocho años los turcos estuvieron intentando entrar al mercado latinoamericano, sin resultados positivos,  hasta que  Patricio Hernández e Ignacio Vicente, del Canal 13 de Chile en el 2013, encontraron la novela “las mil y una noches”, en un stand medio perdido en el MIPTV de Cannes (Francia). Los directivos de este canal rechazaron la novela porque las producciones turcas eran desconocidas. Los 2 chilenos no se dieron por vencido y migraron a Canal mega un año después. El lunes 3 de marzo del 2,014 a las 23:30 horas el canal Mega de Chile estrenaba Las mil y una noches, una serie dramática –tal como la definen los distribuidores turcos– que apenas un mes más tarde devolvía a la cadena chilena el podio del rating luego de cuatro años, revirtiendo las pérdidas económicas de dicho canal. Empezando el boom continental de las series turcas (con excepción de Brasil-siempre hay una excepción),  la mayoría de las Series turcas más importantes que hoy abundan en nuestra programación local fueron producidas entre el 2,005 y el 2,010.

En 2004, las ventas al exterior de telenovelas turcas sumaron US$ 10.000. El primer millón de dólares lo consiguieron en 2007. Y en 2014 los productores estiman que lograron exportaciones por US$ 200 millones en un centenar de mercados.
¿Pero qué tienen los dramas turcos que los vuelven tan irresistibles en todo el mundo? La estrategia de venta de las compañías turcas ha venido siendo idéntica en todos los casos: un producto que se presenta como novedoso, con un alto nivel de producción, una estética, un ritmo y un entramado dramático muy similar al de las telenovelas tradicionales, pero con un precio –por el momento– mucho más alto con relación al de los melodramas latinos. Además, para asegurar un mayor éxito, cada episodio es recortado entre un 20 y 30%, logrando así una narrativa más veloz y acorde al gusto latinoamericano. Entre 2011 y 2012 Kanal D de Turquía, comenzó un proyecto de investigación de los mercados latinoamericanos, para adaptar más sus productos a nuestras preferencias.

Las telenovelas turcas mantienen la esencia del melodrama clásico, con un predominio del romanticismo y una casi ausencia de escenas de sexo, en claro contraste con la tendencia más reciente en Latinoamérica, donde las series han derivado hacia la violencia y el sexo. Tienen un formato de serie pero, a la vez, una narrativa de telenovela. Las producciones turcas son hechas para ser emitidas una vez a la semana y por temporadas de 30 capítulos en promedio, como las series norteamericanas. Además, la producción es de nivel cinematográfico, donde el 80% de las grabaciones se realizan en exteriores y solo el 20% restante en estudios, cuando en las telenovelas latinoamericanas la proporción es la inversa. Al mismo tiempo, la narrativa es la de una telenovela clásica. En resumen majestuosas producciones, con locaciones hermosas  que cautivan al espectador en general y que han provocado otro fenómeno relacionado con el turismo.

El aumento del turismo en Turquía, que va de la mano con éxito de las series de ese país. Desde 2007 a 2012, el número de turistas internacionales aumentó en un 37 por ciento, lo que permitió alcanzar más de 31,5 millones de visitantes extranjeros. En otras palabras Los espectadores buscan conocer los lugares donde puedan vivir las mismas experiencias que sus personajes favoritos de la ficción.

Podemos concluir que las series turcas usaron la estrategia de diferenciación para posicionarse en la mente del consumidor y obtener el éxito rotundo alcanzado. Pero no basta con ser diferentes para triunfar, sino se es respaldado por un producto de calidad y que sea “agradable” en el consumidor. Eso lo sabe bien por ejemplo Inca Kola, con su reciente pasado desastroso de “La Moradita”, que era la única chica morada con gas y a pesar de sus números estudios de mercado previamente realizado no pudo evitar su fracaso anunciado.

Turquía está otra vez en boca de todos, como sucedió con el Kebab (plato que conquistó buena parte del mundo). El fenómeno es indetenible, como en los tiempos del Imperio Otomano, Turquía se ha lanzado a la conquista. Sus armas son historias poderosas. Melodramas, comedias, series épicas, series de acción. Producciones todas de gran presupuesto y tramas simples pero intensas, que hoy se emiten en más de un centenar de países. El Imperio se expande.
                         



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